martes, 28 de mayo de 2013


PATRIMONIO


El departamento del Huila gracias a la hospitalidad de sus pobladores orgullosamente ofrece a propios y visitantes un valioso legado cultural transmitido de padres a hijos; la riqueza cultural se ve reflejada en gran parte gracias a uno de los eventos más grandes del país y único en su género: “El Festival Folclórico y Reinado del Bambuco” recientemente declarado patrimonio cultural de la nación.
En el mes de Junio, los Huilenses tenemos la fortuna de hospedar a familiares y amigos residentes en otras regiones colombianas y extranjeras; ellos ansiosos en busca de una sana diversión muy pronto se convierten en protagonistas de nuestra alegría y tradición participando en eventos como el sacrificio del marrano, la preparación del asado, los tamales, en fin la gran variedad de comidas típicas que gracias a sus olores y sabores exclusivos dejan a un lado cualquier tipo de dieta alimenticia. Para reír un poco nada mejor que escuchar los picantes rajaleñas, para el baile las bandas populares y la música campesina.
Lamentablemente debido a la intromisión de nuevas culturas a través de los medios de comunicación especialmente la radio, la televisión yla Internet, nuestro festival intenta tomar otros rumbos, es así como suenan aires musicales de otras regiones (incluso extranjeras) que impiden a la juventud conocer como vivían y se divertían sus padres y abuelos.
Precisamente como un dicho que repetían nuestros ancestros: “Un clavo saca otro clavo”, si los medios de comunicación en gran parte han sido los responsables de la perdida de nuestro patrimonio cultural, deben ser ellos también los encargados de recuperar nuestra memoria y mostrarla al mundo para que sea conocida por la juventud quienes se encargaran a su vez de su valoración y disfrute.
Orgullosamente perteneciente al programa VIGIAS DEL PATRIMONIO del Ministerio de Cultura y con el propósito de dar a conocer ampliamente las tradiciones de los huilenses durante la época de San Juan y San Pedro presento a ustedes una propuesta muy interesante que consiste en aplicar la tecnología de los medios audiovisuales soportada en la internet.




HISTORIA

Los orígenes de la fiesta del San Pedro, hoy convertida en el Festival Folclórico y Reinado Nacional del Bambuco, se remontan a tiempos de la conquista. O por lo menos, es a partir de ahí cuando se tiene noticia sobre el génesis de la misma.
El médico y compositor Jorge Villamil Cordovez, encontró recientemente en la notaría Primera de Neiva, Tomos varios, Folio 30 de 1790, la copia autentica de un acta, según la cual fue en ese año cuando el gobernador de esta provincia, don Lucas de Herazo y Mendigaña, ordenó la celebración de una fiesta especial como acción de obediencia al Rey de España don Carlos IV.

Se trataba de un jolgorio que se prolongaba durante 10 dias, exactamente en el mes de Junio, ordenandose una serie de actividades en las que había directa intervención del pueblo y que cubría según el documento en referencia, a una buena parte del norte y del centro de lo que es hoy el departamento del Huila. Las parroquias de Yaguará, La Guagua (hoy Palermo), Carnicerías (hoy Tesalia), y desde el Llano Grande (que hoy debe ser Campoalegre) hasta los limites con la villa de La Gaitana.

Aunque el documento no es muy claro en señalar actividades concretas, aparte de las que menciona con mucha precisión sobre las corridas de toros, se supone que se trataba especialmente de jolgorios nocturnos, con “noches de fuegos y luminarias” como reza el acta.

Destaca también el acta rescatada por Villamil Cordovez la participación de mojigangas, que por las suposiciones que se hacen corresponden hoy a las comparsas de las nuevas épocas de la fiesta sampedrina y las que debían contar con la participación de todos los habitantes, por rotación y por grupos de actividades.

Las fiestas del San Juan y el San Pedro, si nos atenemos a este importante documento, nacieron con el fin de celebrar “La Jura”, que asi se llamaba entonces a la actitud e obediencia al Rey de España.

ASÍ ERA EL FESTIVAL ..

Por la tardecita del 23 de junio, los caminos vecinales se llenaban de canciones alegres. El pespunteo del requinto, de la guitarra y de la bandola, y el son acompasado de atabales y tambores, convergían en ritmo de joropo o de bambuco.
Guitarristas y requinteros hacían los ludios e interludios con gran agilidad de dedos y rasgar de los encordados.

La nochebuena sin queso
Y el San Juan sin aguardiente
Es los mesmo que la boca
Sin la lengua y sin los dientes

En la noche se encendían las candelas de San Juan, que lampeaban sobre el verde violento de los cañadulzales y en las altas copas de los encenillos.
En donde quiera que había galón de arrendatario, caneyes de aparcería o casas patronales, alzaban al cielo sus lenguas las candelas de San Juan. Los cohetes rasgaban el aire por valles y montañuelas. Cuando reventaban en lo alto con alegre estampido, las luces de las bengalas presumían de meteoros como si Saturno, Júpiter y Venus se hubiesen concertado para hacer luminosos guiños a los fiesteros. Corría un anisado y había no pocos entreveros y pendencias:

Yo a veces quisiera ser
Chinguecito colorado
Para poderte abrazar
Sin temor por lao y lao.

El 24, día de San Juan, las campesinas amanecían estrenando enaguas de olán florido, vistosos collares de peonías espaciados con fuentecitas de azabache, escotes con pasamanerías y muchos encajes y perendengues.

Y como el baño era ritual, el bosque de carboneros y arrayanes agregaba a sus aromas naturales la fragancia del pachulí, del jabón de Reuter y del agua de Kananga de Murray.

En los intermedios y entre los chapoteos que levantaban muselinas de agua y chorrear de cabelleras blondas o endrinas, y jugar del viento sanjuanero con los anacos de pancho colorado, venía la copita de mistela o mejorana custodiada por regimientos de bizcochuelos y arepitas de achira.

Después del baño, viejas y mozuelas ungían sus cabellos con Tricófero de Barry y Kananga. “cuarta y geme” de galón negro alcanzaba para sujetar las alpargatas nuevas sobre los empeines recien labados. Cantaban los mozos al son de las guitarras:

Avísame cuando vas
A refrescarte en el baño
Para llevarte el “anaco”
Que yo solo no me amaño.

Y a comer el asado tradicional!. Su preparación requería un meticuloso proceso. Perniles, cabeza, costillas y tronco del marrano recibían la consagración ritual de las especias: cominos, pimienta, nuez moscada y mostacilla. Y de las yerbas: culantrillo, eneldo, poleo, cebolla cimarrona y ajo.
Y para mejor adobar, una buena rociada de vinagre de la tierra.
Así adobado, el marrano se iba al horno caldeado con bagazo y guadua seca en cazuelas de barro cocido, se tapaban las bocas con hojas de “bihao” y se atrancaban con horquetas de varejón. Una hora después, el olorcillo a estofado anunciaba que la carne se estaba dorando y que la salsa comenzaba a escurrirse por los esportillados.

San Juan era fiesta rural. San Pedro urbana; pero las dos estaban unidas hasta por diez días de regocijos continuos. San Juan, San Juanito, San Pedro, San Pedrito, San Pablo, San Pablito. En veinte pueblos y villas, encerronas de toros bravos del Sartenero o de la manguita, descabezadura de gallos y caracolear de bayos y moros finos, retintín de estribos, bailes de “primera” y de “Palo parao” y “alpargate lavao”. Y mucho trago: brandy donde los Ucroces, Manríquez, Duranes y Cuellar Duraán, etc. –“Resacao” de anis en el pueblo.
Mas una que otra “cumbrera” en pajijí y calle caliente, y uno que otro “pisaganao” asteado en los fondillos por los toros bravos en la plaza de San Pedro.
Así eran San Juan y San Pedro en el Huila, la tierra de mi nacimiento…


 FESTIVAL 

El San Juan, 24 de junio, las campesinas amanecían estrenando en aguas de olán florido, vistosos collares de peonías espaciados con cuentecitas de azabache, escotes con pasamanerías y muchos encajes y perendengues.
Se celebraba en los campos, generalmente en forma de paseos familiares o de grupos, a la orilla de un río donde se establecía una "ranchería", luego del paseo, el asado tradicional.

El San Pedro 29 de junio se celebraba en el casco urbano del poblado y se caracterizaba por la cabalgata, la descabezadura de gallo, la vara de premio, la pólvora, aguardiente y música con la banda de viento.
La segunda etapa de las fiestas sampedrinas surge a partir de 1952; se celebro en las antiguas instalaciones del club social con una animada fiesta, donde se presento en sociedad un conjunto de rajaleñas. Sin embargo los primeros indicios de la fiesta se remontan a 1956, donde se organizo el primer desfile típico por las calles de la ciudad.

Todos estos antecedentes, dieron pie a aprobar la Ordenanza 064 (27 de diciembre de 1960). Ordenando a la dirección de Turismo la organización del Reinado del Bambuco, abrir concursos con premios a los mejores conjuntos musicales, danzas folclóricas, carrozas, así como autorizando a la Licorera y al fisco departamental a cubrir los gastos de la organización de la fiesta y los de las candidatas participantes en el Reinado.


El 7 de diciembre de 1959 la asamblea Departamental del Huila aprobó la Ordenanza No.44. Por la cual se fomenta el Festival Típico del Huila y se crea la Junta Folclórica Departamental. Así como autorizando a la Licorera y al fisco departamental a cubrir los gastos de la organización de la fiesta y los de las candidatas participantes en el Reinado.
Dan fe a su legalización el nacimiento de las Fiestas del San Juan y del San Pedro para celebrar "la jura" u obediencia al Rey de España Carlos IV y la ordenanza 064 de 1960 que ordenaba "a la dirección de turismo la organización del Reinado del Bambuco, abrir concursos con premios a los mejores conjuntos musicales, danzas folclóricas, carrozas.
La Secretaria de Cultura del Huila, responsable de la programación y realización del FESTIVAL FOLCLORICO Y MUESTRA INTERNACIONAL DEL FOLCLOR, ha suscrito un convenio ínter administrativo, firmado entre el Ministerio de Cultura y el Departamento del Huila para la concertación del Evento, y el Fondo Mixto de Promoción turística de Colombia lo han declarado PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN.

El Festival Folclórico, Reinado Nacional del Bambuco y Muestra Internacional del Folclor es considerado por la Red Nacional de Festivales Folclóricos de Colombia cono uno de los mejores organizados, al que solamente pueden asistir grupos de reconocida trayectoria artística.Para el Departamento de Huila y para Colombia, es de vital importancia continuar realizando el Festival, que además de mostrar nuestra región como creadora de manifestaciones culturales, hacen que el huilense se sienta orgulloso de su tierra y se comprometa cada vez mas con ella.

¡SANJUANERO HUILENSE!

El sanjuanero fue compuesto a principios de 1936 y tocado por primera vez en un paseo que la Murga Femenina Huilense, dirigida por Anselmo, hizo a la finca de Buenavista, de propiedad hoy de don Alfonso Gutiérrez, entonces de Álvaro Reyes Elisechea.

Formaba parte de la estudiantina como tañedora de tiple la entonces señorita Sofía Gaitán Yanguas, hoy señora de Reyes. Esa niña, después de tocar, lo que hoy se considera como el autentico "aire del Huila", propuso se le acomodara a esa música una letra apropiada, la que ella misma elaboró no sin la ayuda de las demás compañeras.

El 12 de junio de 1936, víspera de la fiesta patronal de Gigante ( población del Huila), la Banda Departamental presentó por primera vez en la patria de Francisco Eustaquio y José Maria Álvarez esta obra entre el aplauso y la complacencia de todos.
"Sanjuanero" es el nombre de un género de música huilense vaciado en los moldes de la Rajaleña. El de Anselmo Durán no lleva un nombre especial sino genérico del Sanjuaneño. Pero tiene un subtitulo, el de joropo huilense.
La creación del baile del Sanjuanero Huilense la realizó David Rivera Moya, un costumbrista, que recogió los bailes a través de lo que estudio Jacinto Jaramillo otro maestro de Danza y luego paso a manos del grupo de danzas de la Folclorologa y Coreógrafa Inés García de Duran, donde se monto la coreografía y se ejecuto.


TRAJE TÍPICO 

Los trajes del hombre y la mujer que hoy se lucen en las fiestas sampedrinas, fueron inspirados en los vestidos de los antepasados, pero mejorados sustancialmente por sugerencia de los mismos parejos para facilitar los movimientos del baile.
En el vestido típico de la mujer, la blusa es de color blanco y en corte bandeja, rodeada por arandelas, elaborada en randas y encajes, adornadas con aplicaciones de lentejuela, con un ajuste entallado y cremallera atrás.La falda es elaborada con satines de colores subidos, tiene decoraciones florales pintadas al óleo o de flores troqueladas de seda y vuelos en rondas que armoniza con los de la blusa, su largo es a media pierna y su ancho es de ruedo y medio.Por debajo de la falda va la enagua o pollerín que es de primordial importancia para la ejecución de varios pasos y figuras. Tiene tres vueltos, el más amplio lleva varios arandelones de encaje.El adorno de la cabeza o tocado, se elabora con flores artificiales que juegan con el diseño del color en las aplicadas o pintadas en la falda; se coloca sobre la moña o trenza en la parte posterior de la cabeza o se luce sobre el lado derecho.




El traje típico masculino es más sencillo pero de igual importancia y está formado por:El sombrero, básico el suazeño, elaborado a mano. La camisa, con cuello abierto, con botonera adelante centrada, originalmente blanca, rizada en la pechera y decorada con lentejuelas y encajes. El pantalón, debe ser de prenses, se usa blanco o negro.Los accesorios del traje los comprenden el rabo de gallo o pañuelo de seda o satín rojo y el cinturón de cuero de 10 a 15 cm de ancho.


ARTESANÍAS

Se concede en el marco del Encuentro Departamental de Maestros Artesanos, el cual propicia un espacio para la confrontación, divulgación y disfrute de la tradición y cultivo de los oficios artesanales.
Su objetivo es estimular la dedicación y creatividad en el quehacer cotidiano de los artesanos. Se tienen en cuenta el conocimiento y dominio del oficio, aceptación de los artículos producidos, creatividad e innovación en los diseños de los productos artesanales.
Las artesanías que se tienen en cuenta para este premio son las relacionadas con los oficios artesanales tradicionales o nuevos que contengan una fuerte carga de arraigo cultural de la Región.






MÚSICA 

RAJALEÑAS:

Este encuentro tiene como finalidad estimular a los grupos folclóricos huilenses que interpreten el aire autóctono del Rajaleña en sus diferentes tonadas.
El conjunto rajaleñero debe estar integrado como mínimo por seis (6) personas.Para los grupos infantiles participantes los niños deben tener máximo trece (13) años y también debe estar conformado como mínimo por seis (6). Su presentación se realiza con el traje típico huilense.

El Rajaleña fue el antiguo canto de los peones de las viejas haciendas del Huila y en él se utilizaban el coplerío regional y una tonada de gran originalidad. Fueron copias improvisadas y de burla a sus compañeros para amenizar el trabajo. Provenientes de las regiones huilenses de norte y centro del departamento.El apelativo de rajaleña procede de la idea de rajar (hablar) de la humanidad, comentar asuntos penosos del compañero con quien se enfrenta, vencer, sujetar, dominar al adversario con una estrofa más diciente, mejor elaborada y de mayor contenido picaresco.
El Rajaleña pertenece al género de trovas en cuanto a la copla y a las danzas en razón de las tonadas. Las coplas son de origen español y según el departamento recibe su nombre, por ejemplo:En Antioquia y el viejo Caldas: Trova; en los Llanos Orientales: Contrapunteo; en los Santanderes: Torbellino; en Boyacá: Guabinas; en la Costa Atlántica: Piquerías y en el Huila: Rajaleñas.
El Rajaleña como forma popular de expresión de las gentes de las zonas rurales del Huila, difiere de las formas folclóricas de otras regiones del país en la singularidad de su organología que adopta instrumentos procedentes de diversas culturas y crea otros de especiales cualidades sonoras.
De procedencia europea tenemos la guitarra, el tiple y el requinto son trasunto de la influencia que sobre la cultura española, tuviese la invasión por los pueblos islámicos del norte de África. Lo son también de acuerdo a determinados tratadistas los membranófonos como La Tambora, derivada del atabal de guerra y uno que en su adaptación huilense , La Puerca o Marrana, es consecuencia de la zambomba usual en España y Portugal.
Entre los autóctonos que demuestran la alta creatividad de nuestro pueblo están:
El Cien patas, elaborado en dos o tres artejos largos de caña de guadua.
El Chucho, alfandoque o huasá, es un tarro de guadua de cinco a siete centímetros de grosor, al cual le introducen piedritas o semillas.La esterilla, compuesto por segmentos de caña unidas entre si.
El Carángano, es una caña de guadua de tres metros a la cual de uno de los costados, se lo han levantado cuando estaba recién cortada, bajo los cuales introducen dos cejuelas de madera.Es probablemente la más auténtica de las manifestaciones musicales del folclor del Huila, conservado y enriquecido por el esfuerzo de una larga serie de conjuntos pertenecientes a zonas rurales y comunidades urbanas ubicadas en diversos municipios.

MÚSICA CAMPESINA:

Este concurso tiene como objetivos difundir los aires musicales campesinos, expresión de la identidad cultural de la zona rural, estimular la creatividad de los compositores e intérpretes del género y el reconocimiento público a su labor.
Pueden participar los grupos campesinos residentes en el Departamento del Huila con tres (3) composiciones inéditas sean o no de la autoría de los integrantes.

BANDAS SINFÓNICAS:

Su finalidad es estimular el desarrollo de las Bandas Municipales y fomentar la interpretación de la música folclórica en el Huila. Participan las bandas que tienen ese carácter y las rurales existentes en los municipios del Departamento del Huila.
Sus integrantes deben ser mínimo dieciocho (18).En el encuentro, cada banda interpreta dos (2) composiciones folclóricas de la Región Andina colombiana, una de ellas de un compositor huilense.El uniforme de la banda, debe estar acorde con el traje típico huilense.

UNIVERSIDAD SUR-COLOMBIANA (HUILA)
TEMA: GUACIRQUEÑO


EL DEPARTAMENTO DE LAS DANZAS


Este encuentro tiene como finalidad promover el desarrollo cultural del país por intermedio de acciones tendientes a favorecer y preservar la investigación, producción y difusión de las manifestaciones artísticas (Musicales y dancísticas), folclóricas de cada región, así como buscar la convivencia, el aprecio mutuo, el intercambio de experiencias y el reconocimiento de cualidades y capacidades de los grupos de danzas colombianos.
La Secretaría Departamental de Cultura extiende invitación a los grupos colombianos que lo ameriten, de acuerdo a su trayectoria y trabajos presentados en otras festividades.
Cada grupo participante deberá ser integrado por un máximo de veintitrés (23) personas entre el director, bailarines y músicos.
Se debe presentar con los trajes e instrumentos típicos de la región que representan y deben interpretar y bailar solo danzas autóctonas de su departamento de origen.





TRAVESÍA POR EL HUILA 

FUENTES: